Todo brilla alrededor de unos Golden State Warriors (19-10) que parecen haberse convertido en el Rey Midas de la NBA y todo lo que tocan sus jugadores se convierte en oro. Aunque a veces eso puede convertirse en una maldición. Y eso fue lo que les pasó ante los Toronto Raptors (23-7), un equipo rocoso y con pocas fisuras, que no se dejo cegar por el oropel californiano y que asaltó la Bahía imponiéndose por 93-113.
El primer cuarto dejó claro por donde iban a ir los derroteros del choque. Los canadienses jugando desde la defensa y en ataque con la figura dominante de Lowry –a falta de Kawhi– y el apoyo de un polivalente Ibaka, autor de un doble-doble de 20 puntos y 12 rebotes además de una asistencia, un robo y dos tapones. Armas que sorprendieron a los Warriors, que sobrevivían por los brotes de genialidad de Durant y Thompson. Aún así, la solidez de Toronto parecía demasiado para los aletargados campeones.
Resumen del juego:
Fuente:Marca